Han corrido ríos de tinta sobre el tema de la reforma de edificios antiguos, dentro del mercado inmobiliario. Se trata de un tema difícil de abordar, ya que las soluciones propuestas casi nunca agradan a todo el mundo. Lo cierto es que en el caso de edificios históricos, a veces la intervención es urgente para garantizar su mantenimiento. Y, siempre, hay una parte de la reforma que no se ve pero que es problemática: adaptar inmuebles con siglos de historia a las nuevas exigencias y necesidades energéticas.
En cualquier caso, siempre que se genera debate sobre estos temas, hay dos tendencias: los que abogan por conservar al máximo la estructura original versus los que defienden remodelarla para contar con todas las garantías. Lo importante es que, si hablamos de edificios históricos, es importante que la propuesta que se haga vele por mantener su esencia. De lo contrario, nos arriesgamos a que pierda su personalidad y parte de su valor.
Saber compaginar lo antiguo y lo moderno también es un arte.
Así es. No es fácil implementar acabados modernos guardando la sintonía o ha armonía con la edificación de origen. Hay veces que los proyectos buscan que las nuevas incorporaciones actuales pasen desapercibidas. Pero, en otros casos, los arquitectos apuestan por las combinaciones rompedoras que actualizan la imagen de lo histórico otorgándole un aire novedoso. Por ejemplo, mezclando piedra con vidrio u hormigón o manteniendo antiguas vidrieras en estructuras nuevas y de vanguardia.
Esto, sin duda es muy arriesgado y no siempre se consigue con éxito. En cualquier caso, como decimos, la solución nunca será del gusto de todos y es aquí donde se genera uno de los principales debates del mercado inmobiliario.
Hoy traemos hasta aquí algunos ejemplos llamativos que hemos encontrado en la red y nos han dejado boquiabiertos. Reconocemos que muchos de ellos nos gustan mucho, pero también entendemos que no todo el mundo estará de acuerdo con estas intervenciones.
Empecemos por 4 ejemplos rompedores.
El Castillo de Halle (Alemania): se trata de una fortaleza del siglo XVI, cuya reforma corrió a cargo del estudio español de arquitectura Nieto Sobejano Arquitectos. El edificio estaba en ruinas, quedando poco más que la fachada. El diseño se centró en completarla con una estructura y tejado de vidrio para completar su geometría. Pero, además, el efecto por la noche es brillante y resalta toda la estructura, la antigua y la moderna. El Museo Real de Ontario (Canadá): es uno de los ejemplos más llamativos. Se trata de una ampliación arriesgada y sorprendente, realizada sobre un edificio antiguo de piedra. Los anexos se han diseñado con unas formas extremas y unos materiales que no guardan ninguna relación con el edificio original y el efecto es extraordinario. La propuesta es del arquitecto norteamericano Daniel Libeskind y se impuso sobre las otras 50 propuestas que se realizaron. La Biblioteca Real de Copenhague (Dinamarca): en realidad es una sala anexa que se construyó para ampliar la biblioteca original y que recibe el nombre de Diamante Negro. Su ubica junto al mar y el nombre obedece a los reflejos que produce la superficie acristalada añadida. En este caso, está hecha con vidrio y hierro y es una de las propuestas que menos nos ha gustado. La Biblioteca Pública de Beyazit (Turquía): La construcción original es de 1501 y contiene en su interior libros antiguos y joyas de la literatura únicas. La reforma buscaba no dañar la estructura original del edificio y consistió en cubrir el patio con una estructura transparente y armónica, obra del estudio Tabanlioglu Architects. Una solución más bien tímida, pero que cumple su principal objetivo.
Otros ejemplos de edificios antiguos con detalles modernos.
La lista sigue y, si rascamos, puede ser interminable. Son pocas las ciudades que no tienen un edificio histórico rehabilitado con más o con menos acierto. Es una realidad del actual mercado inmobiliario.
Pero, si hablamos de los más destacados también tenemos que nombrar la sede de la Unión de Arquitectos de Rumanía (Bucarest); el Music School Louviers (Normandía), que nos encanta por su fusión respetuosa; el edificio Old State Brisbane (Australia) que destaca por su colorido mural; el Seven Stories (Inglaterra), el primer museo de arte de los libros infantiles; House in Vexin (Francia), que aglutina 3 viviendas históricas; y, por último, Sonora 113 (México), un edificio moderno con fachada histórica.