Que el mercado inmobiliario está experimentando un crecimiento continuo desde el año 2015 ya nadie lo pone en duda. En el último trimestre de este año 2017 se compraron 119.408 inmuebles y, según el informe del primer semestre de este ejercicio de Bankinter, las previsiones para el año 2018 son muy positivas, con una demanda residencial que alcanzará las 550.000 viviendas. Sin duda alguna, las mejoras del empleo y las condiciones de los préstamos hipotecarios están acelerando el crecimiento en la compraventa de pisos y en los precios de los inmuebles. En este panorama, los pisos de segunda mano se llevan el gato al agua. De hecho, del total de viviendas vendidas el pasado año, 99.343 se correspondían con pisos usados frente a solo 20.065 ventas de obra nueva. Según el último informe del Colegio de Registradores de España, desde 2007 nunca se vendieron más casas usadas como en el segundo trimestre de este año. Si eres de los que andan buscando un piso de segunda mano para comprar en España, deberás tener en cuenta algunos detalles para que una vez adquirida tu vivienda no te encuentres con sorpresas.
Si la vivienda usada que te interesa tiene muchos años de antigüedad, deberías averiguar cuál es el estado general del edificio en el que se ubica. Realizar la visita a la casa en compañía de un arquitecto puede ahorrarte muchos problemas futuros. Es posible que la comunidad de propietarios esté afrontando derramas que luego tendrás que pagar tú, por lo que no es suficiente con una inspección ocular, sino que además debes informarte de su estado general. Problemas en los forjados, los cimientos o pilares o las cubiertas pueden provocar filtraciones y humedades que luego tendrás que soportar.
Como ya hemos comentado, puede ser que la comunidad de propietarios esté afrontando derramas para subsanar los desperfectos del edificio causados por la antigüedad. En este caso, debes saber que aunque éstas hayan sido decididas antes de la compra del piso, deberás pagarlas como nuevo propietario que eres. Ten en cuenta que, salvo que tú y el vendedor hayáis acordado algo distinto, adquieres no solo la vivienda, sino también las obligaciones del vendedor. En ocasiones, la cuantía de las derramas no aparecen en el Certificado de deudas de la comunidad de propietarios, bien porque la Junta esté negociando aplazar el pago o porque se ha pedido una subvención. En este caso, te aconsejamos que pidas al vendedor las actas de las últimas Juntas de la comunidad y que hables con el portero y los vecinos para comprobar si existe la previsión de obras en trámite.
Lleva especialmente cuidado si en el contrato que vas a firmar se indica que se compra “como cuerpo cierto en el estado en que se encuentra el inmueble, que el comprador declara conocer”. Puede ser que el inmueble tenga desperfectos a primera vista no detectables que posteriormente pueden causarte más de un dolor de cabeza. Como ya hemos comentado, lo ideal es que visites la vivienda acompañado de un arquitecto o arquitecto técnico para conocer el estado del edificio. Y si es en distintos momentos del día mejor.
Es la mejor manera de conocer las condiciones del inmueble que estas a punto de adquirir. La Inspección Técnica de Edificios (ITE) es un documento municipal en el que se indica si un edificio cumple las condiciones mínimas de salubridad y seguridad. Recuerda que es poco probable que un banco te conceda una hipoteca si la vivienda en la cual estás interesado no ha pasado la ITE.
Si una vez adquirido el inmueble descubres que existen vicios ocultos en la vivienda, tienes seis meses para reclamar ante la justicia. No obstante, no siempre tienes todas las de ganar y los gastos para justificar los desperfectos corren de tu cuenta.
Los edificios de posguerra se levantaron con cementos de inferior calidad, por lo que podrían producirse desprendimientos, mientras que los de protección oficial, en algunos casos, poseen una cimentación precaria en los sótanos, lo que podría dar lugar a filtraciones y humedades.